Se habla mucho de la recuperación de Daimiel gracias a las lluvias del último año, gracias a esto han aumentado las visitas al Parque Nacional Tablas de Daimiel y gracias a este agua caida del cielo las autoridades presumen y se llenan la boca de tener el parque lleno de agua. No es gracias al trabajo precisamente esta falsa recuperación pues esto les ha caido literalmente del cielo. Y digo falsa recuperación porque en realidad no existe tal, simplemente el parque está inundado, eso es todo lo que ha sucedido y que muchos adornan hablando de la cantidad de aves que hay en el parque. Son muchas las razones por las que se puede afirmar que la recuperación es falsa; por un lado el agua no fluye y se queda en la presa de Puente Navarro, no hace falta recordar que las tablas son desbordamientos de ríos y no estanques, además aunque hay agua la calidad no es la adecuada para este ecosistema pues se encuentra altamente salinizado desde que las aguas del Guadiana ya no brotan de los ojos, esto ha hecho que la vegetación del parque que en la mitad este era salina y la oeste de agua dulce se haya homogeneizado siendo toda salina. Podríamos seguir argumentando peo con estas dos razones creo que es suficiente, los pájaros no lo son todo pero es lo que se ve y por lo tanto lo que vende. Volviendo al origen de la entrada vamos a los nenúfares, que había en Daimiel junto con otras plantas caracaterísticas de aguas dulces tranquilas que no están estancadas pero fluyen lentamente, no me equivocaré al decir que aunque haya caido muchísima agua los nenúfares no hayan vuelto a Daimiel ni otras muchas plantas vinculadas al agua dulce. Las Tablas de Daimiel están muy lejos de recuperarse y salvo que las lluvias de esta última temporada se repitan durante varios años consecutivos la recuperación del ecosistema no se producirá. El daño producido a las tablas ha sido tan grande que la naturaleza necesitará un poco de voluntad política conservacionista para recuperar lo perdido. Mientras tanto Daimiel seguirá siendo el escenario de un teatro natural aprovechado oportunistamente por la administración.
Los nenúfares de la imagen son del Río Bullaque, un río de llanura que nace muy cerca de Cabañeros y tiene unas aguas de gran calidad que junto con su calmada corriente permiten el crecimiento de varios núcleos en su cauce de esta peculiar planta.
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1 comentario:
Como muchos otros temas de preocupación en el mundo.
Hasta pronto.
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