Si nos fijamos en la cara es clavado a Alien, el octavo pasajero, si nos fijamos en el cuerpo es enteramente el de una mantis, una ninfa en este caso (ejemplar no adulto). Aunque esta es una especie muy frecuente, sus avistamientos no lo son tanto pues posee una alta capacidad de camuflaje, tanto por su coloración que es marrón aunque puede variar en las tonalidades como por su cuerpo en forma de palo. La cabeza también tiene forma de palo, má concretamente de astilla, por lo que cuando este insecto se queda quieto no hay quien lo vea. Este ejemplar lo encontramos en la raña en cabañeros mientras realizábamos la inspección de las trampas para ratones, a pesar de ser muy común, es un insecto que siempre nos seguirá sorprendiendo.
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