Cabañeros en otoño

Un  año más pasé 10 inolvidables días como voluntario en el Parque Nacional de Cabañeros, esta vez fue diferente a las otras tres puesto que fui en otoño en lugar de ir en verano como los años anteriores. Y claro aunque principalmente son bosques perennifolios los que componen el parque, algunas zonas como los entornos fluviales o los bosques de roble son caducos y muestran la cara del otoño en algunos puntos del parque. La imagen de Cabañeros en otoño es sin duda el pantano de El Brezoso, donde los robles se quedan pelados a la vez que sueltan las últimas bellotas que darán de comer a muchos animales. Las actividades también han diso diferentes, aunque hemos estado también en el vivero como es habitual hemos colaborado en un proyecto de investigación y también hemos hecho avistamientos de fauna dentro del parque. Todo ello con una climatología excepccionalmente buena que con salvedad de los 0º del último día fue estupenda para disfrutar plenamente del parque.

La gente del parque seguía allí, Salva con sus patrullas, Amelia en el vivero, Jorge en el centro administrativo, los guías eran los mismos de otros años, comimos en Casa Ayuso como siempre estupendamente  los platos habituales como entremeses, ciervo en salsa, macarrones, filetes de ternera y cerda, ...etc (todo riquísimo) y no pudo faltar la visita al Boquerón de Estena (Ruta y Casa Rural) donde también comimos muy bien (y mucho). Esta vez no había alcaudones ni oropéndolas por todas partes pero pudimos disfrutar del espectáculo de ver pasar a las grullas con su particular trompeteo moviéndose por la zona así como otras aves invernantes como es el caso del avefría.

Y por supuesto el grupo de voluntarios de este año también excepcional por lo que el disfrute fue completo y una vez pude disfrutar de este privilegiado entorno natural que apenas visitan unas 80000 personas al año, de las cuáles la mayoría lo hacen en octubre para ver la berrea, y es que Cabañeros es mucho más que raña, berrea y el boquerón de estena. Mucho más.