El antipapa Benedicto XIII, también conocido como el Papa Luna destinó una estancia para sí en la torre del Castillo de Peñíscola donde albergó una importante biblioteca que dado el escaso tamaño de esta sala tuvo que repartir por diferentes estancias. La ventana que vamos en la imagen por la que se perfectamente el mar está orientada, según cuentan, a Roma, el lugar que era su objetivo. Según cuenta la leyenda, Pedro de Luna se asomaba continuamente a las ventanas de la Castillo para gritar "El verdadero Papa soy yo", hay que recordar que en aquella época se produjo un cisma y el papado se trasladó desde Roma a Aviñón antes que a Peñíscola y llegaron a coexistir tres papas a la vez.
Comunicado de la sociedad civil española en las últimas horas de la COP29
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El borrador actual pone en riesgo el Acuerdo de París. La Unión Europea
debe actuar de forma inmediata y efectiva si quiere salvarlo.
La entrada Comunic...
Hace 8 horas
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