En los invernaderos del Real Jardín Botánico de Madrid se encuentra una colección de plantas que por su tipología se encuentran mejor en este reciento que en el exterior, en algunos casos es que ni siquiera podrían estar fuera. Se divide en tres secciones, desértica, subtropical y tropical, cada una de ellas con unas necesidades de luz y humedad diferentes para estas especies, en su mayoría exóticas. Se puede ir por debajo o por arriba de los invernaderos observando las plantas desde arriba, esto es especialmente indicado para el caso de las plantas tropicales, algunas permancen colgadas como si estuvieran en su medio donde se cuelgan de los árboles y capatan la humedad a través de sus raíces que no están en la tierra. Este lugar es ideal para comparar las adaptaciones de las plantas a estas climatologías, cuestión que se refleja principalmente en el tipo de hoja.
Nada más entrar se encuentra la sección de las desérticas, dónde encontramos los cactus y las suculentas. Además de los cactus encontramos especies como las del gémnero Euphorbia que sin ser cactus presentan una apariencia similar, se diferencian de estos dado que en cada punto donde salen las púas solo son dos dispuestas en ángulo de 90º mientras que los cactus presentan una roseta de pinchos donde todos salen del mismo punto. Los cactus sson del continente americano y las Euphorbias del continente africano. De África provienen también los Lithops, tambieén conocidos como piedras vivientes (Living Stones) dad la extrema suculencia de sus hojas que parecen piedras. Otras especies como la mimosa, propia de la sabana africana, completa la sección desértica.
La segunda sección es la subtropical, aquí encontramos plantas características de la flora canaria como los dragos o los tajinastes junto con las cicas, también conocidas como falsas palmeras. Estas plantas aunque tienen la apariencia de palmeras son mucho más antiguas que éstas, además de que son Gymnospermas y no Angiospermas, es decir, más emparentadas con las coníferas que con las plantas con flor. Dentro de la flora canaria existe una gran diversidad de especies, tanto herbáceas como arbustivas con características intermedias entre las especies mediterráneas y las plantas tropicales, si bien estas especies pueden ser arbustivas o arbóreas mientras que sus equivalente mediterráneos suelen ser herbáceas.
Y finalmente la sección tropical, aquí se recrea una selva tropical con un elevado nivel de humedad de manera que continuamente el agua se va distribuyendo por el invernadero en forma de spraym para humedecer el ambiente. Las plantas se caracterizan por el elevado tamaño de las hojas, un contraste fuerte con las desérticas, cuyas hojas no existen o bien son muy reducidas. Muchas son palmeras y aráceas (parientes de la flor de jarro), otras son espectaculares orquídeas tropicales cuyas raíces cuelgan en el aire recogiendo la humedad y sus enormes flores destacan sobre el verde de las demás plantas y lo que quizá resulte más espectacular por su rareza son las plantas carnívoras, en las que una modificación en el extremo de la hoja en forma de receptáculo sirve para capturar insectos que proporcionarán el aporte proteínico que la planta no puede obtener de los pobres suelos de las regiones tropicales.
Por unos instantes hemos viajado a un nuevo mundo de flora, donde pasamos del calro seco de los desiertos al calor húmedo de las selvas tropicales pasando por el amable clima subtropical de las Islas Canarias.
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