Tras el reljante baño y la comida nos fuimos sin esperar mucho a subir al hoyo verde, el hoyo verde es el fondo de un barranco dentro de la Caldera que cae justamente debajo del Roque de los Muchachos, pero para llegar al fondo del barranco primero hay que subir para luego bajar, así es tofa la isla, con mucho desnivel y muy abrupta.
Así que comanzamos el caminito bordeando las faldas del roque del Huso y siempre hacia arriba por caminos perdidos por la capa de pinocha y sobre todo muy resbalants, aquí no se puede ir muy rápido porque te la acabas pegando, vamos caminado por las crestas de las los barrancos y observando otros barrancos, como siempre todo cubierto de pino canario. A mitad de camino nos encontramos un pequeño mirardor con la barandilla en un estado poco fiable (no apoyarse en ella) donde podemos ver la cascada de la fondada, un hilo de agua que cae desde mucha altura, tanta que por mucho que se busque con la mirada no se encuentra el inicio, al igual que en la cumbrecita no podía verse el fondo de la caldera, aquí todo es así de espectacular.
En este punto algunos se quedan, ya cansados del esfuerzo de subir empinadas pendientes, pero el hoyo aun no está aquí, por lo que los tenemos ganas y ya que estamos contnuamos subiendo, el camino discurre más o menos igual todo el camino, suelo cubierto de pinocha, sin embargo cuando nos acercamos al hoyo tenemos que pasar por un estrecho sendero al borde del precipicio que menos mal que ya vamos pocos, porque si no sería muy agobiante. Y ya bajando al hoyo nos encontramos un sitio muy húmedo, cubierto por la neblina, escaso de luz y muy fresco, un sitio casi mágico donde además al fondo del todo hay un naciente de agua potable que nos sacia la sed del camino, formando una pequeña poceta apata para darse un chapuzón, aunque está realmente fría.
Nos quedamos un ratillo disfrutando del hoyo, ya que nos ha costado un buen rato llegar, un buen puñado de frutos secos, un descansito y nos volvemos a la zona de acampada, aún no nos iremos a dormir, en cuanto caiga el sol nos iremos a hacer escuchas de aves nocturnas y mañana a salir por el barranco de las angustias para poner punto y final a esta excepcional acampada.
Tras el reljante baño y la comida nos fuimos sin esperar mucho a subir al hoyo verde, el hoyo verde es el fondo de un barranco dentro de la Caldera que cae justamente debajo del Roque de los Muchachos, pero para llegar al fondo del barranco primero hay que subir para luego bajar, así es tofa la isla, con mucho desnivel y muy abrupta.
Así que comanzamos el caminito bordeando las faldas del roque del Huso y siempre hacia arriba por caminos perdidos por la capa de pinocha y sobre todo muy resbalants, aquí no se puede ir muy rápido porque te la acabas pegando, vamos caminado por las crestas de las los barrancos y observando otros barrancos, como siempre todo cubierto de pino canario. A mitad de camino nos encontramos un pequeño mirardor con la barandilla en un estado poco fiable (no apoyarse en ella) donde podemos ver la cascada de la fondada, un hilo de agua que cae desde mucha altura, tanta que por mucho que se busque con la mirada no se encuentra el inicio, al igual que en la cumbrecita no podía verse el fondo de la caldera, aquí todo es así de espectacular.
En este punto algunos se quedan, ya cansados del esfuerzo de subir empinadas pendientes, pero el hoyo aun no está aquí, por lo que los tenemos ganas y ya que estamos contnuamos subiendo, el camino discurre más o menos igual todo el camino, suelo cubierto de pinocha, sin embargo cuando nos acercamos al hoyo tenemos que pasar por un estrecho sendero al borde del precipicio que menos mal que ya vamos pocos, porque si no sería muy agobiante. Y ya bajando al hoyo nos encontramos un sitio muy húmedo, cubierto por la neblina, escaso de luz y muy fresco, un sitio casi mágico donde además al fondo del todo hay un naciente de agua potable que nos sacia la sed del camino, formando una pequeña poceta apata para darse un chapuzón, aunque está realmente fría.
Nos quedamos un ratillo disfrutando del hoyo, ya que nos ha costado un buen rato llegar, un buen puñado de frutos secos, un descansito y nos volvemos a la zona de acampada, aún no nos iremos a dormir, en cuanto caiga el sol nos iremos a hacer escuchas de aves nocturnas y mañana a salir por el barranco de las angustias para poner punto y final a esta excepcional acampada.
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