El senderismo es recomendable en todos los ambientes y como no, en el ambiente playero, en esta tierra de playas que es la provincia de Cádiz aun podemos encontrar playas vírgenes como es el caso de las playas de Tarifa, donde los horrendos "desarrollos urbanísticos" a pie de playa aun no han llegado y esperemos que nunca lleguen, durante esta marcha recorrimos unos 12 Km de playa donde no vimos ningún maldito bloque de pisos rompiendo el paisaje de dunas, enebrales, sabinares y pìnares que componen este lugar, todo incluido en el Parque Natural de El Estrecho, de reciente declaración.
Y no solo es playa este paisaje de aguas cristalinas, aguas transparentes que dejan en pañales a cualquier panfleto de agencia de viajes mandándanos al caribe, también están integradas en el paisaje las montañas, montañas a pie de playa que pueden alcanzar mas de 400 msnm, por lo que en una estrecha franja litoral disfrutamos de una amalgama de paisajes.
En las dunas más próximas al mar toma protagonismo el enebro marítimo (Juniperus oxycedrus ssp. macrocarpa), la especie que mejor se adapta a la dinámica de las dunas cubriéndolas completamente y sujetándolas con muchísima más formeza que cualquier barrera artificial que se coloque para contener la duna.
Mirando al mar también encontramos alguna que otra sorpresa, aunque el día no está muy claro podemos ver Tánger al fondo, un enorme barco que a pesar de la distancia sigue pareciendo grandísimo y las piedras que encontramos en las orillas colocadas de caprichosas formas, como si hubieran colocadas en varias filas paralelas, formaciones frecuentes en las cercanías de los acantilados de la zona del estrecho.
En menos de 3 horas con la parada obligada para el chapuzón en aguas frías y bravas en playas utilizadas para el naturismo llegamos a Bolonia con su gigantesca duna móvil al fondo y la Sierra de La Plata. Con esta excursión se terminan las actividades del grupo local de EA de primavera que se reanudarán en septiembre.
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