El sapo común es una especie de anfibio todoterrenoque podemos encontrar lo mismo en la Bahía de Cádiz, en los ríos de Cabañeros, las lagunas de Ruidera e incluso en pleno pirineo. El ciclo comienza con la a puesta, esas tiras largas que aparecen en las pozas de la que nacen los renacuajos, de pequeño tamaño, negros y en gran cantidad. Presenta una estrategia de poner muchos huevos para que por estadística quede alguno que pueda alcanzar la madurez, a cambio el proceso de crecimiento es más largo pues nacen muy pequeños.
Estos renacuajos pueden ser una buena presa para muchos depredadores pero cada uno en si es bocado muy pequeño. Una vez completada la metamorfosis todavía les queda muco que crecer para ser el anfibio más grande la penñinsula ibérica y su aspecto no recuerda demasiado a estos imponentes sapos de ojos rojos. Una vez han crecido son así de espectaculares y por supuesto venenosos aunque nada que ver con los anfibios tropicales. Con no tocarlos es suficiente para evitar posibles problemas relacionados con su veneno, pues en todo caso puede provocar irritaciones en las mucosas nasales, lacrimales o en el aparato digestivo a través de la boca.
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