viernes, enero 29, 2010

Almacén Nuclear, versión 2010 de Bienvenido Mr Marshall

Desde hace unos días nos bombardean con las candidaturas a la instalación del ATC (Almacén Temporal centralizado), un tema que como era de espoerar resulta bastante polémico ya que hablamos de almacenar unos residuos muy peligrosos y que serán siéndolo durante más años de lo que podemos imaginar. Ya sabemos que al menos serán 12 municipios los candidatos a acoger el almacén nuclear, todos ellos pequeños pueblos de comarcas deprimidas que a través de sus alcaldes buscan su particular Bienvenido Mr Marshall, en todos ellos, salvo una excepción, Torrubia de Soria, donde han sido los vecinos los que han decidido en el resto ha sido una sorpresa, no ha habido consultas, los plenos se han realizado a horas intempestivas en algunos casos y en otros los vecinos se han enterado por la prensa de la propuesta. Pero si hay algo que debemos de tener claro, es que esto no es ni puede ser la decisión de un pueblo o de un pleno apenas formado por 5 personas, ha de ser una decisión que se debe de tomar con criterios técnicos, lógicos y pensando en el interés general. Es llamativo el caso de Villar del Pozo en Ciudad Real, no tienen bastante con la que liaron con el aeropuerto, hoy en día un fracaso de consumado, quieren seguir hundiendo a la comarca con la instalación del ATC con esta ubicación absurda, no existe ningún central cercana, por otra parte los residuos de Almaraz circularían atravesando la provincia de Toledo y los residuos de Garoña atravesarían por Guadalajara y no hablemos ya de los de Cofrentes que entrarían por Cuenca o los más de 700 Km que recorrerían los residuos de las centrales catalanas, todo un ejemplo de insolidaridad pensando en los cuatro euros que recibirán a cambio. Tienen razón los que dicen que esto afecta a toda una Comunidad Autónoma. En Guadalajara y Cuenca también hay candidatos,pero también hay detractores, una plataforma antinuclear en Guadalajara y 19 pueblos de Cuenca que han firmado en contra. Lamentablemente y aunque no guste el cementerio nuclear, será necesario ubicarlo en alguna parte ya que los resíduos existen y no es ni lógico ni ético hacer como otros países que los envían a países pobres aun siendo conscientes de lo que envían. Pero esta ubicación no debería plantearse como se está haciendo sino teniendo en cuenta una serie de detalles importantes;
  • Calendario de cierre; ¿hasta cuando funcionarán nuestras centrales? Esto es lo principal, no podemos plantear el donde lo hacemos si ni siquiera sabemos aun cuanto tenemos que guardar. Si va a ser difícil colocar uno no hablemos de instalar un segundo cementerio.
  • La ubicación ha de ser la que minimice la distancia recorrida por los transportes hasta el almacén. No tendría ningún sentido ubicar el almacén en Galicia, Huelva o Almería por poner varios ejemplos.
  • Otra opción sería considerar que las centrales almacenen sus residuos en almacenes en las propias instalaciones, así no habría que mover estos residuos.
Para poner en un marco es a los medios de comunicación cuando en los reportajes hablan de gente a favor y de gente en contra en los distintos pueblos y solo se ve a los que están en contra, desconozco si es que los que están a favor son una pequeña minoría o simplemente que no hacen tanto ruido como los que están en contra. Finalmente destacar el cinismo de aquellos partidos políticos y personas pronucleares que rechazan el almacén con la excusa de que sus provincias o comunidades están saturadas de lo nuclear mientras alaban sus beneficios, pero rechazan la peor parte o sueltan que ellos producen y otros gastan obviando que esta energía, como todas las demás, las pagamos entre todos. No sabemos como acabará todo esto, pero desde luego es más que previsible que no acabe como estaba planeado.

1 comentario:

Fernando J. Feliu dijo...

Muy interesante la reflexión que nos planteas, por si alguien está interesado en el tema, recomiendo la lectura del capítulo XVII "LA ENERGIA NUCLEAR Y EL CALENTAMIENTO GLOBAL" de Jan Willen Storm van Leeuwen, del libro "Energia y Deuda ecológica", Icaria Editirial, S.A. (Primera edición marzo 2009).

Un saludo.