Uno de los defectos del ser humano es el creer saberlo todo y establecer que cosas son raras desde su punto de vista y es las cosas no es que sean raras, son como son, otra cosa es nuestro relativo punto de vista que nos lleva a decir este tipo de cosas, afortunadamente hay gente que ha sido capaz de ver más allá, estos han sido los hombres de ciencia, gracias a los cuales el conocimiento ha ido aumentando. No podemos saberlo todo, es más tan solo podemos aspirar a tener un ligero conocimiento ya que hay cosas que al haber ocurrido hace tanto tiempo o bien estar limitada a nuestra capacidad de análisis.
Hoy sabemos que el mar no ha estado siempre en el mismo sitio sino que su nivel ha variado con el tiempo, estando en tiempos lejanos más alejado que ahora, un ejemplo que tenemos es el del poblado fenicio de Doña Blanca que llegó a tener puerto de mar hace mas de dos milenios mientras ahora el mar se encuentra a varios kilómetros de allí.
En lugares donde el hombre se asentó es relativamente fácil conocer estas situaciones, sin embargo cuando no ha sido así es algo más complicado salvo que encontremos elementos marinos bastante más allá de las orillas, un caso como este son las conchas, la caracola de la primera imagen se encuentra a 1 Km de la línea de costa y las de la segunda foto están a unos cien metros que no es demasiado pero es desde luego un lugar al que actualmente no llega el mar dada la vegetación tan espesa que tiene a su alrededor. Estas cosas que aparentemente son tan evidentes suelen pasar desapercibidas para la mayoría de la gente, las conchas no tienen voz pero nos hablan de otros tiempos, en los que ni el clima ni la orografía era la misma. Hay tantas cosas a nuestro alrededor que pueden despertar nuestra curiosidad y no nos damos cuenta...
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