Una de las flores de gran tamaño más peculiares que podemos encontrar a mediados de mayo cuando ya empiezan los primeros calores es la Nigella papillosa, una ranunculácea que suele salir en prados que pueden haber estado encharcados previamente y sobre terrenos más bien pobres. La flor tiene cinco pétalos, brácteas muy divididas y sobre todo es muy grande. En la imagen vemos los capullos pero cuando fructifica recuerda mucho a las amapolas aunque nada tiene que ver con ellas. En la Península Ibérica podemos encontrar dos especies más, Nigella damascena y Nigella gallica.
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