miércoles, noviembre 05, 2014

Laguna salada, un cementerio de carpas.


La última vez que pude ver las lagunas salada y chica completamente secas fue hace casi 20 años, cuando hubo una gran y persistente sequía que dejó sin agua durante varios años a muchas de estas lagunas. Esta peculiar circunstancia hizo que me costar a bastante localizar estos humedales mucho más desconocidos por entonces que ahora. Estas lagunas de gran tamaño aunque se secan puntualmente se consideran de régimen estacional, en este caso semipermanente pues tan solo se quedan así contadas ocasiones.

Estos ciclos de sequía típicamente mediterráneos no solo no son perjudiciales sino que son  necesarios para el buen funcionamiento del ecosistema. Las algas, los insectos acuáticos y otros invertebrados dejan aquí sus puestas a las espera del agua, que en el peor de los casos podría tardar en volver varios años quedando en un prolongado estado de latencia. Pero si en un aspecto ha sido positiva esta sequía ha sido en la erradicación definitiva de las carpas. Las carpas no deberían estar en estas lagunas pero acaban entrando a través del canal de agua de riego que pasa en sus cercanías.


 Las carpas engordan gracias a las plantas acuáticas y algas que dan de comer a los patos e impiden que estos puedan alimentarse en las lagunas haciendo que la afluencia de estas aves disminuya pues ya no podrían alimentarse. No basta con que el agua disminuya a niveles mínimos pues con poco oxígeno sobreviven. Para eliminarlas hay dos formas, esperar a que se seca o infectar la laguna con un veneno específico para peces. En este caso de momento el problema se ha solucionado y una vez regrese el agua la laguna comenzará de nuevo para recibir a los patos.

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