Hasta tres veces seguidas se tiró al agua y las tres veces sacó algo con el pico después de sumergirse casi por completo tan solo dejando ver durante un instante parte de sus alas. Pero no para y aunque ha sacado alimento varias veces sigue sumergiéndose una y otra vez, da la vuelta, se va, luego vuelve, pasa cerca de la cámara para dejarse sacar bien, ralentiza un poco el vuelo para facilitar el trabajo y luego vuelve a la carga con su peculiar manera de posarse y frenarse. En una de sus idas y venidas pasó junto a un grupo de patiamarillas y se le perdió la pista, pero como no era el único charrán patinegro, sino que había al menos un par de ellos el otro siguió dando espectáculo durante el atardecer.
Una gran colmena de abajas en un baobab.
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En *Gambia*, las abejas africanas habían construido un gran nido oculto en
el hueco de un viejo baobab, aprovechando la protección natural de su
tronco m...
Hace 1 día

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