Una de las aves que siempre me han gustado y que conocí a través de esos primeros libros sobre animales es el casuario. Al tratarse de un ave de Oceanía no tenemos otra opción que verla en los parques zoológicos. Destaca por su gran tamaño pues es junto al Emú y al Avestruz una de las aves más grandes del mundo y como las otras dos es incapaz de volar pues se han adaptado a ser aves corredoras ya que en las islas al haber menos depredadores la capacidad de volar no es tan importante. La protuberancia que tiene en la cabeza, que hace inconfundible a este ave, es un cartílago (músculo) calcificado y recubierto por una piel queratinosa (la queratina es lo que compone las uñas). Aunque pueden resultar muy atractivas este tipo de aves hay que tener en cuenta que en su medio natural, en estado salvaje, pueden ser animales muy peligrosos dado su fuerza, sus fuertes patas provistas de uñas y la velocidad que pueden alcanzar en carrera, no obstante, como todo animal salvaje estoy seguro que no ataca al hombre y posiblemente salga corriendo pues no se trata de un carnívoro estricto cazador, aunque se alimenta de pequeños animales su dieta está basada fundamentalmente en la fruta y en los hongos.
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