Una de las razones para no fijarse en las gramíneas suele ser la ausencia de colores, flores pequeñas en las que cuesta diferenciar las partes o generalmente también por la tardía floración. Pero como en todo hay excepciones y nos encontramos esta especie Panicum repens en la que las flores aunque pequeñas y poco llamativas vistas de cerca resultan espectaculares con sus tonos naranjas y violetas, aunque como vemos en el perfil de la planta, son tan pequeñas que si no nos acercamos apenas llama atención la planta. Florece entre la primavera y el otoño, crece en variedad de habitats hasta 300 metros de altitud y presenta varios nombres vernáculos entre los cuales destaca "panijo", quizás el más similar al nombre latino de la planta.
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