Lo bueno de los días húmedos, o las noches en el campo donde siempre encontramos humedad, es encontrarnos con estos extraños seres, los caracoles. No se pinchan con los cardos, son capaces de subir y bajar a alturas insospechadas a pesar de llevar la casa a cuestas. Este caracol fue capaz de bajarse del cardo estirando el cuello y dejándose caer hasta el suelo. Un espectáculo a cámara lenta para observar con paciencia.
El movimiento ecologista se manifiesta para pedir el ‘no’ a la prórroga
nuclear de Almaraz
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El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), del que forma parte Ecologistas en
Acción, se ha concentrado a las puertas del Ministerio para la Transición y
e...
Hace 2 horas

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