No es la mantis religiosa que nos encontramos habitualmente en nuestros pinares ni la Sphrodomantis viridis que resulta igual de abundante sino de la Iris oratoria, una mantis que como todas se mimetiza bien en el terreno y que se caracteriza por dos detalles; el primero, que es el más fácil de ver, es que el ala no alcanza el final del abdomen cuando son adultos y el segundo son dos marcados puntos en la cabeza, que forma un triángulo isósceles. Se encontraba en una retama amarilla, una planta que suele atraer a numerosos de insectos, de los cuáles se puede alimentar.
La lucha del pueblo de El Frago frena una macrogranja porcina
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El Frago es un pueblo con 11 siglos de historia ubicado en las Altas Cinco
Villas (Aragón), con una población censada de 139 personas. Desde hace
años, l...
Hace 3 horas
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