Entre el puerto de Conil y la urabanización Roche se encuentran estas pequeñas calas. En días de mareas grandes la playa no existe y el mar choca contra el acantilado. Al estar resguardadas de los vientos de levante son el refugio perfecto durante el verano con las levanteras. El alto del acantilado es un lugar donde el suelo es muy pobre y son las plantas como el enebro o la sabina las que crean algo de suelo donde aprovechan todas las plantas para crecer, todas las plantas que crecen sobre el acantilado presentan el mismo porte achaparrado y rastrero propician esta peculiar forma de crecer, incluso los pinos carrascos (un grave error ha sido plantar aquí estos árboles, han invadido parte del acantilado y crecen con el mismo porte achaparrado sobre el escaso suelo que crean los enebros interfiriendo en su crecimiento y desarrollo) presentan esta forma. Otro atractivo de las calas es el aspecto geológico y los fósiles (aquí encontramos los rodolitos), es un acantilado geologicamente activo que continuamente viene sufriendo la erosión, incluso podemos ver (imagen de la izquierda) derrumbamientos realtivamente recientes que nos muestran como si de video en pausa se tratase el momento del derrumbe. Un lugar con un encanto inigualable.
Comunicado de la sociedad civil española en las últimas horas de la COP29
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El borrador actual pone en riesgo el Acuerdo de París. La Unión Europea
debe actuar de forma inmediata y efectiva si quiere salvarlo.
La entrada Comunic...
Hace 8 horas
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