La playa de Levante nos ofrece una bellísima estampa de lo que son cordones dunares durante casi 6 km com una marisma casi virgen a sus espaldas, dunas cubiertas de vegetación que conforman una estrecha franja con aspecto semidesértico. Aquí encuentra su espacio todas esas plantas que ya no caben en el resto del litoral portuense, el barrón (Ammophila arenaria), el cardo de mar (Eryngium maritimum), la saladina (Limonium virgatum). la viborera (Echium gaditanum) o la azucena de mar (Pancratium maritimum), estas dos últimas especies están catalogadas en la lista roja de la flora andaluza.
Este sitio es uno de los que más gustan y uno de los que más me relajan con el sonido de las olas bien escuchándolas o paseando por la orilla viendo tirarse al agua los charrancitos o los grupos de ostreros en la orilla. Aquí han pasado varias cosas importantes para mí, en 8º de la EGB nos trajeron en un autobús a conocer los toruños y la playa de Levante, era el comienzo de la Oferta Educativa Muncipal allá por el año 1991 o 1992, nos enseñaron la marisma, pero lo más impresionante fue la playa, por primera vez veía una playa sin urbanizar, todo naturaleza plena, incluso pudimos encontrar cangrejos, sifones y muchos animales que jamás había visto en otras playas de El Puerto de Santa María, aunque una de las cosas que más me impactó fue el no saber donde estaba en ese momento. Por aquel entonces tenía 13 años y una de las cosas que más gustaba era la bicicleta, igual que ahora, aunque claro, tenía más tiempo. Bicicleta y naturaleza, que buena combinación, aprovechando esa pista que llegaba hasta casi Puerto Real, tan solo separado por un caño de unos cientocincuenta metros de año y una espectacular lengua de arena. Por aquel entonces no se podía cruzar al pinar de la Algaida que lo concí ya estando en la universidad y que ciertamente me entusisama del mismo modo. Las cosas no son como antes, ya no tienes que preocuparte por los coches porque no pasan, ahora puede cruzarse al pinar de la algaida y seguir en bicicleta hacia Puerto Real y sus pinares, además al ser un punto de partida uno recorre ya otros lugares con la bicicleta, sin embargo la curiosidad hace que siga yendo frecuentemente a ver que cosas nuevas puedo encontrar allí, algunas son casi exclusivas y otras no. Han pasado 17 años desde la primera vez que fui, me sigue gustando el lugar y me sigue interesando conocer todos sus encantos naturales y es que aunque la primera vez que fui ya era Parque Natural hasta hace unos cuantos años no me enteré de que tenía un Parque Natural muy cerquita de casa.
Comunicado de la sociedad civil española en las últimas horas de la COP29
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El borrador actual pone en riesgo el Acuerdo de París. La Unión Europea
debe actuar de forma inmediata y efectiva si quiere salvarlo.
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Hace 8 horas
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