Las Lagunas de Ruidera están todas conectadas entre sí a modo de río siendo cada una como una gran poza que una llena desborda en la siguiente. La cantidad de agua que sale del acuífero es tan grande que a pesar de correr las lagunas no se vacían y toda esa agua acaba saliendo de las lagunas por algún sitio. Para averiguar esto hemos de irnos a la última, que la Laguna Cenagosa y ahí encontraremos la esclusa de Miravete, un canal de agua construido para recoger el agua de las lagunas y dedicarlo a la agricultura.
Esta obra del siglo XVII, diseñada por Juan de Villanueva, arquitecto del museo del Prado no tiene uso en la actualidad como tal. El canal del Gran Priorato desde la laguna cenagosa lleva el agua hasta el embalse de Peñarroya cuya cola se encuentra a pocos kilómetros de este punto, agua, que sorprendentemente, incluso en verano fluye con gran fuerza. Estamos en el Alto Guadiana, cuyo acuífero está en muchísimo mejor estado que el de la zona de Daimiel.
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