lunes, febrero 05, 2024

El desagüe de La Janda

 


Muchas veces hemos escuchado que los embalses son necesarios ya que es una pena que el agua dulce acabe en el mar. Esta afirmación, que es un auténtico disparate encuentra el caso contrario en el caso de la Laguna de la Janda. Aquí ocurre aquello que otros critican en otros lugares, se tiran diariamente miles de litros de agua dulce al mar a través del desagüe que lleva las aguas hacia la desembocadura del Barbate dulcificando aguas que debería ser salinas y no dulces.
El desagüe es doble, el primero fue construido en la época franquista y auspiciado por una ley de 1918 que pretendía acabar con todas las zonas húmedas. Gracias a esta desgracia se consiguió vaciar la laguna de La Janda para convertir estas tierras en cultivos. Sin embargo las grandes lluvias de 1996 volvieron a anegar los terrenos y al perderse los cultivos en el año 2000, con dinero público, se construye un segundo desagüe par mejorar el drenaje. Es un hecho que la laguna se vacía todos los días y sorprende que en la época de sequía en que estamos aun sigue vaciándose, por lo que la laguna está viva y no hay más que cerrar el drenaje para recuperar este espacio, que es la mayor laguna de la Península Ibérica en la que antaño llegaron a criar las grullas.

No solo contribuye al vaciado el desagüe, también lo hacen los pantanos del Barbate, Celemín (prácticamente vacío a día de hoy) y Almodóvar construidos para facilitar el drenaje reteniendo el agua que ya no llega a la laguna. Si bien el de Almodóvar nutre de agua potable a Tarifa los otros dos son embalses pensados para una agricultura que a día de hoy resulta insostenible social y ambientalmente.

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