Las medusas son especies marinas, sin capacidad de moverse por si mismas que acaban siendo arrastradas a las playas donde quedan en la arena hasta descomponerse. La mayor parte de ellas no presentan toxicidad o bien es baja por lo que no suponen peligro para las personas. Aunque en ocasiones arriba la carabela portuguesa, cuyos tentáculos pueden medir varios metros y su toxicidad es mucho mayor.
Sus consumidores son las tortugas, las cuáles tras bajar drásticamente sus poblaciones gracias a la acción humana han provocado el efecto inverso en las medusas. Otro efecto que contribuye a su aumento es la subida de la temperatura del mar.
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