Llegar a la Cascada del Prior, dentro de la garganta del mismo nombre no es tarea fácil, por una parte localizar el camino y por otra tener trepar por piedras para poder contemplar esta bella estampa. Pero una vez arriba uno se da cuen de que realmente ha valido la pena llegar hasta aquí y disfrutar de la cascada, su poza, sus helechos reales, sus cantos rodados que sostiene la poza dejando tan solo unas pequeñas grietas para su lento vaciado. Y sobre todo, el sonido de la cascada que resulta ensordecedor de la cantidad de litros que caen por segundo y que siguen y siguen cayendo como si el agua fuera infinita.
Comunicado de la sociedad civil española en las últimas horas de la COP29
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El borrador actual pone en riesgo el Acuerdo de París. La Unión Europea
debe actuar de forma inmediata y efectiva si quiere salvarlo.
La entrada Comunic...
Hace 7 horas
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