La ribera del tramo bajo del Guadalquivir es una ribera desolada, sin bosque de ribera, con un exceso de influencia de agua mar debido a la presa de Alcalá que limita el flujo del agua dulce hacia los más de 100 km de llanura en el último tramo del río. Si no hay árboles las herbáceas ocuparán el terreno existente y estas herbáceas al hacerse abundantes podrán servir de alimento a otras especies que se verán atraídas por ellas. Es el caso del jaramago y la mariposa de la col. En las riberas del Guadalquivir los jaramagos abundan, y por tanto, la mariposa de la col también y pueden contarse a cientos en primavera. Estas mal llamadas "plagas" están provocadas por nuestra acción y difícilmente se controlarán con pesticidas si gracias a nosotros cuentan con estos enormes criaderos. Regenerar y revegetar el Guadalquivir es una necesidad que debemos afrontar y devolver al río lo que es suyo. No olvidemos que es uno de los ríos más intervenidos de Europa.
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Hace 15 horas
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