Sendero Puente de la Cartuja-Lomopardo

Desde el Puente de la Cartuja hasta Lomopardo puede seguirse un sendero que va bordeando el Río Guadalete hasta dónde las circunstancias actuales lo permiten (ocupación por cultivos, vegetación, régimen del río, etc....Es una zona con mucha historia ya que siempre ha sido un punto importante para las comunicaciones durante toda la historia y lo sigue siendo. Además del puente de la Cartuja con 500 años de historia y hoy relegado al acceso a Lomopardo y Estella del Marqués junto con numerosos ciclistas comparte espacio con dos puentes modernos en su cercanía, el de la AP4 y el de la A481.

Anterior a la construcción del puente era una zona ideal para atravesarla a pie ya que junto al puente se encontraba el vado de Medina, una paso natural cuando el río llevaba poco caudal. En el mismo puente se llegó a instalar un molino de río ya desmantelado y la vanta actual era el almacén de dicho molino. Esta zona ha sido objeto de una renaturalización donde se está tratando de recuperar el ancho del río y el bosque de ribera original mediante la erradicación de los eucaliptos.

El sendero puede (y debe) transitarse actualmente y recorre la ribera del río, en la que se está devolviendo el espacio a los chopos a la vez que desaparecen las especies invasoras. El Puente tiene un total de 8 ojos, cuanto más ojos, más caudal era el previsible en época de riadas. Aunque veamos que el río solo tiene un hilillo de agua puede tener mucho más en ciertas épocas. Está documentado que a principios del siglo XX el río llevó un caudale de 2000 metros cúbicos por segundo.

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 O lo que es lo mismo, más de dos millones de litros de agua por segunda, una auténtica barbaridad e incontrolable que arrasó todos los puentes antiguos que aun quedaban sobre el río. Sólo este sobrevivíó y en unos pocos años celebrará su V aniversario en un escenario muy diferente al de su construcción ya que el Guadalete es uno de los ríos más regulados de España. Entre otras actuaciones se pretende hacer una escala para peces para que especies como las anguilas puedan remontar el río y crecer en zonas más altas. 

Para más información, En torno a Jerez, de Agustín García Lázaro.