Las bandas de agujas llegan a la Salina de la Tapa donde descansan de sus larguísimos viajes migratorias, siempre agrupadas permanecerán aquí hasta que descansen bien, se alimenten y continúen. Entre tanto las cigüeñuelas que siempre están presentes, se dedican a lo suyo, a perseguirse, a volar y a aterrizar donde mismo están las agujas. El caso es que las agujas no participan en su juego y las cigüeñuelas actúan como si no estuvieran éstas. El resultado de todo esto es un baile que las cigüeñuelas ejecutan para las agujas estando éstas como espectadores de primera fila.
El 63 % de la población de Andalucía respiró aire contaminado por encima de
los nuevos límites legales
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El informe sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción concluye que
5,5 millones de andaluces estuvieron expuestos en 2024 a una contaminación
que...
Hace 19 horas
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