El Gingko biloba es un árbol que hasta ahora se había plantado escasamente en nuestra ciudad. Con cuantro ejemplares en el parque del vino fino y algunos en el tomillar. Es un árbol de climas templados pero que necesita una cierta humedad, algo que no tiene en nuestra zona y por tanto sufre muchísimo los vientos de levante ralentizando su crecimiento. En la imagen vemos el mismo ejemplar de éste árbol en 2004 (a la izquierda) y en 2014 (a la derecha). Como podemos ver apenas ha crecido en 10 años y su porte es ridículo, con un tronco muy estrecho y una copa nada frondosa que en absoluto dará sombra ni ahora ni dentro de otros 10 años. Pues bien, la sra concejala de medio ambiente asegura que estos árboles darán sombra y que saldrán más baratos que las palmeras pues tendrán menos mantenimiento. Nos van a costar más de 1000 euros por unidad y luego habrá que barrer las hojas que tiren y sus frutos que además son apestosos.
Como cantaba Remedios Amaya, "ay quien maneja mi barca, quien, que a la deriva me lleva, quien..."
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