Afortunadamente aun quedan rincones donde disfrutar de la naturaleza, eso si, hay que buscarlos bien porque están escondidos, recuerdo que al pasar por la carretera de Rota a la vuelta siempre veía una duna espectacular a lo lejos cubierta por un pinar, actualmente cuesta ver la duna por la carretera porque hay un chalet de dos plantas que la tapa, así que aprovechando la visita a otro pinar cercano destruido por una explotación de áridos, el pinar del Conde fue un pinar extraordinario con dunas espectaculares hasta que se llevaron toda la arena y tan solo quedan 3 filas testimoniales de lo que hubo, al agujero de la cantera y como no, dos chalets detrás y varios montones de escombros que se van acumulando. Tras esta visita me dirigí a la duna que actualmente está rodeada por un diseminado y probando entre los caminos encontré el acceso al pinar, y me psuse a recorrerlo, no me llevó mucho tiempo porque es pequeñito, uno más de los bosques isla que se van quedando aislados entre la marea de cemento. Dunas como esta pocas quedan en El Puerto, la mayoría han acabado bajo el cemento o han quedado destruidas por extracción de áridos, como buena duna invita a subirla y bajarla y así se ve en las huellas que la gente deja en la pendiente, junto a la duna un precioso retamal con árboles frutales dispersos, granados, almendros, nisperos, ..., y lo mejor de todo, pequeños pinos que poco a poco progresan en el borde de la duna para sustituir a aquellos cuyas raices quedan desnudas al moverse la arena y cayendo hacia el suelo. Nunca había estado en este pinar y me encantó, habrá que volver más adelante para ir dando cuenta de sus valores florísticos entre los cuales destaca la azucena de mar (
Pancratium maritimum), planta incluida en la lista roja de la flora andaluza como vulnerable y lo mejor de todo, este pinar no entra en ningún convenio urbanístico...
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