Aunque generalmente las plantas halófilas suelen ser de la familia de las chenopodiáceas o plumbagináceas y con unas flores más bien discretas, existen algunas familias más que pueden crecer en estos terrenos. Nos referimos a la familia de las compuestas (margaritas y cardos) que es una de las más extensas y abarca todo tipo de hábitats. Es muy común en estos ambientes encontrar en la marisma media Limbardia crithmoides que presenta unas bonitas flores amarillas.
Sin embargo, otra compuesta, mucho más rara es Aster tripolium, unas margaritas de pétalos (flores liguladas) violáceos con hojas ligeramente carnosas y un tono verde grisáceo muy característico de plantas que crecen con alta insolación. Habita entre la marisma media y la marisma alta soportando bien la inundación de los terrenos. Está presente en zonas marismeñas bien conservadas como es el caso del Parque Natural Bahía de Cádiz, en Los Toruños. Su floración es otoñal como la mayor parte de las plantas halófilas.
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