En otoño los mirlos se dejan ver con todo el descaro del mundo en los jardines, como suele ocurrir con las aves sus movimientos dependen de donde ande la comida. Y claro, en otoño llueve, entra humedad, se activan las babosas, las lombrices están a la orden del día y claro, los mirlos lo saben y por eso es fácil verlos picoteando el suelo de aquellos lugares con césped.
Falta de vigilancia en los espacios naturales y destrucción de empleo
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Pedimos que se cree puestos de trabajos acorde a la demanda de cada espacio
natural, y la revisión de la situación de la vigilancia de los parques
natura...
Hace 54 minutos
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