Las puestas de sol son un espectáculo que se repite a diario, aunque el escenario puede ser muy diferente dependiendo de si hay nubes, neblina o está despejado pudiendo cambiar radicalmente el juego de luces. Por otra parte tampoco se pone exactamente por el mismo lugar y va cambiando la posición que realmente no es por el oeste exactamente, cosa que sólo ocurre dos veces al año en los equinoccios de primavera y otoño respectivamente.
Esto se debe a que el eje de rotación de la Tierra se encuentra formando un ángulo de 23 grados con respecto al sol de manera que durante el invierno se pone hacia el suroeste y y en verano hacia el noroeste. Independientemente de la posición, no hay dos atardeceres exactamente iguales.
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