Lo bueno de los días húmedos, o las noches en el campo donde siempre encontramos humedad, es encontrarnos con estos extraños seres, los caracoles. No se pinchan con los cardos, son capaces de subir y bajar a alturas insospechadas a pesar de llevar la casa a cuestas. Este caracol fue capaz de bajarse del cardo estirando el cuello y dejándose caer hasta el suelo. Un espectáculo a cámara lenta para observar con paciencia.
El consejero Paradela asume la reapertura de la mina de Aznalcóllar,
pendiente del juicio por delitos de corrupción en la adjudicación de 2015
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Con la autorización otorgada, entendemos que el Consejero Paradela asume y
se convierte en cómplice de los posibles delitos de corrupción que
actualmente...
Hace 1 día