En algunos rincones perdidos de la Sierra de Grazalema aparecen formaciones curiosas de roca caliza modeladas por la acción del agua que la va disolviendo lenta pero inevitablemente la roca generando paisajes muy característicos. Uno de ellos es el arco gótico, que podemos ver en la imagen de la izquierda formando una especie de puerta en una ladera fuera de los caminos que atraviesan la sierra.
El túnel del coagarzal es un auténtico túnel que permite el acceso al salto del cabrero, hoy cortado al paso de una finca. No son las únicas formaciones peculiares sino que existen otras como la cueva de dos puertas, similar a estas o los tunios junto con las numerosas cuevas que se encuentran en todo el territorio, algunas de gran tamaño como la cueva del gato, la pileta, la sima de Villaluenga o el hundidero. No faltan los buitres, abundantes en las paredes verticales.
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