Cuando hablamos de alcornocales siempre se piensa en un bosque monoespecífico del citado árbol, el alcornoque. El alcornocal tiene mucha historia que este interesante y productivo árbol, tanto natural como humana. Desgraciadamente el alcornocal sufre el problema de la seca, un patógeno que está arrasando con estos árboles, algo a lo que de momento no se sabe poner remedio.
El alcornocal podría considerarse como el bosque maduro en las areniscas del aljibe, pero como todo ecosistema tiene sus fases de degradación entre las que se encuentra el jaral brezal que crece en las caras más secas y soleadas.
En las zonas más rocosas podemos encontrar estas peculiares "piscinas" talladas en la roca que en realidad son tumbas. Este tipo de enterramiento es habitual en toda la comarca de el Campo de Gibraltar pudiendo encontrarse desde Tarifa hasta Alcalá de los Gazules. Otra fase de degradación son las aulagas, mucho más espinosas que las podemos encontrar en el Parque Natural Sierra de Grazalema, en flor casi todo el año son capaces de prosperar en suelos muy degradado.
Las formaciones rocosas también juegan un papel destacado en lo que es el paisaje de los alcornocales con formas tan peculiares como la montera del torero en Los Barrios o estas rocas que coronan un cerro en Alcalá de los Gazules. Rocas que no son talmente inertes pues pueden cubrirse con helechos, líquenes e incluso con hiedras u otras plantas trepadoras o rupícolas. En las rocas situadas en la umbría también se fijan grandes capas de musgos.
Hay un lugar destacado en todo esto para una de las pocas plantas carnívoras que tenemos en la Península Ibérica. Esta especie en particular (Drosophyllum lusitanicum) es la única de ellas que no crece en agua ni lugares húmedos. Más curioso aun es que crece en las herrizas, donde abundan brezos y jaras, pero nada de alcornoques pues el arbolado privaría de la luz necesaria a esta especie especialista en suelos pobres que absorbe a los insectos para capturar el nitrógeno que no tiene la tierra. Está en los alcornocales pero no la veremos en un bosque de alcornoques...
Los hongos, las setas, son una de las estrellas de estos bosques, algunas como la de la imagen crecen sobre madera, una madera que finalmente acaban descomponiendo ayudando a reciclar estos materiales que los árboles deshechan,
Muchos de estos hongos destacan por sus colores pero cada uno tiene su hábitat concreto, algunos crecen sobre alcornoques, otros sobre quejigos, sobre fresnos, etc...pues el alcornocal en realidad es un gran bosque mixto con una gran diversidad de árboles de diferentes tipos entremezclados y complementándose. Sobre el quejigo sale esta gran seta de la madera, durísima y por tanto absolutamente incomestible. El alcornocal, como pueden ver, mucho más que un bosque de alcornoques.
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