El antipapa Benedicto XIII, también conocido como el Papa Luna destinó una estancia para sí en la torre del Castillo de Peñíscola donde albergó una importante biblioteca que dado el escaso tamaño de esta sala tuvo que repartir por diferentes estancias. La ventana que vamos en la imagen por la que se perfectamente el mar está orientada, según cuentan, a Roma, el lugar que era su objetivo. Según cuenta la leyenda, Pedro de Luna se asomaba continuamente a las ventanas de la Castillo para gritar "El verdadero Papa soy yo", hay que recordar que en aquella época se produjo un cisma y el papado se trasladó desde Roma a Aviñón antes que a Peñíscola y llegaron a coexistir tres papas a la vez.
Arrancan olivos centenarios en el Parque Natural Sierra de Grazalema
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Hemos denunciado a la dirección del Parque Natural Sierra de Grazalema el
arranque de más de una docena de olivos centenarios en la finca Lomo de
Enmedio...
Hace 1 hora
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