La olla de San Vicente es una poza del río Dobra, se encuentra a unos 6 km de Cangas de Onís, el camino comienzo en una zona indicada como area del desove del salmón, junto a un bar, tomaremos ese camino que va paralelo al Dobra y yendo a un paso normal llegaremos a la Olla en unos 35 minutos. La Olla de San Vicente es un lugar ideal para darse un bañito de agua dulce, uno que vive en la costa pocas veces puede bañarse en agua dulce pero cuando puedo lo aprovecho al máximo, al llegar a la olla las ranitas nos dieron la bienvenida, cosa que me alegró mucho porque los anfibios son los animales más sensibles a la contaminación, son una garantía de que el agua estaba limpia (como la bandera azul de los mares limpios pero en serio).
Además de la olla en si es un espectáculo las cascadas y otra pequeña poza más profunda y clara a la cual te puedes tirar desde lo alto, yo no me tiré porque me da mal rollo lanzarme al agua así pero mis compañeros si que lo hicieron, ahi disfruto mas buceando unos cuantos metros hasta el fondo y compartiendo espacio con las truchas.
Estuve un par de veces en el sitio, la primera vez acompañó la temperatura y estaba a una temperatura muy agradable, es casi como la playa porque en el centro no hay pie, eso si, sin olas, como una piscina, pero mejor que una piscina porque puedes nadar sin tener que protegerte los ojos, la segunda vez que fui el agua estaba helada, aun asi me di el cahpuzón y aproveché para hacer unos largos en el lago, dos días antes me metí en otro río helado e incluso un día me tuve que duchar con agua fría porque no salía caliente, nunca pensé que fuera tan fácil adaptarse al agua fría, y que bien se te quede el cuerpo después de este fresquísimo chapuzón, pero que bien...
Y para terminar ahi va una vista de la Olla, que dicho sea pierde mucho en la foto, rodeada de varias montañas, un espectacular bosque de rivera, un cielo casi siempre encapotado, minúsculas ranas en la orilla y una tranquilidad indescriptible en este pequeño trozo del paraiso que se encuentra en el norte de la península ibérica a pocos kilómetros de la costa cantábrica.
La olla de San Vicente es una poza del río Dobra, se encuentra a unos 6 km de Cangas de Onís, el camino comienzo en una zona indicada como area del desove del salmón, junto a un bar, tomaremos ese camino que va paralelo al Dobra y yendo a un paso normal llegaremos a la Olla en unos 35 minutos. La Olla de San Vicente es un lugar ideal para darse un bañito de agua dulce, uno que vive en la costa pocas veces puede bañarse en agua dulce pero cuando puedo lo aprovecho al máximo, al llegar a la olla las ranitas nos dieron la bienvenida, cosa que me alegró mucho porque los anfibios son los animales más sensibles a la contaminación, son una garantía de que el agua estaba limpia (como la bandera azul de los mares limpios pero en serio). 
Además de la olla en si es un espectáculo las cascadas y otra pequeña poza más profunda y clara a la cual te puedes tirar desde lo alto, yo no me tiré porque me da mal rollo lanzarme al agua así pero mis compañeros si que lo hicieron, ahi disfruto mas buceando unos cuantos metros hasta el fondo y compartiendo espacio con las truchas.
Estuve un par de veces en el sitio, la primera vez acompañó la temperatura y estaba a una temperatura muy agradable, es casi como la playa porque en el centro no hay pie, eso si, sin olas, como una piscina, pero mejor que una piscina porque puedes nadar sin tener que protegerte los ojos, la segunda vez que fui el agua estaba helada, aun asi me di el cahpuzón y aproveché para hacer unos largos en el lago, dos días antes me metí en otro río helado e incluso un día me tuve que duchar con agua fría porque no salía caliente, nunca pensé que fuera tan fácil adaptarse al agua fría, y que bien se te quede el cuerpo después de este fresquísimo chapuzón, pero que bien...
Y para terminar ahi va una vista de la Olla, que dicho sea pierde mucho en la foto, rodeada de varias montañas, un espectacular bosque de rivera, un cielo casi siempre encapotado, minúsculas ranas en la orilla y una tranquilidad indescriptible en este pequeño trozo del paraiso que se encuentra en el norte de la península ibérica a pocos kilómetros de la costa cantábrica.
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