Hacer un nido no de barro no es tarea fácil y hay que hacer muchos viajes y traer barro en minúsculo pico, si a eso le unimos la competencia con otras aves que suelen resultar oportunistas la cosa se complica, mientras un avión iba terminando su nido de barro otro sin terminar ya había sido ocupado por un gorrión que traía un gusano en el pico, es decir, que tenía crías que alimentar. Hasta las aves lo tienen complicado con la vivienda.
Acá tenemos un dicho que les quedaría, "el que se fue a la villa perdió su silla".
ResponderEliminarHasta pronto.
Pues eso mismo le pasó al pobre avión... Salu2
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