Como si alguien hubiera estado jugando a lanzar el aro en el papelito nos encontramos las riberas del bajo Guadalquivir. Junto a la carretera del práctico se acumulan neumáticos de diferentes tamaños que han sido depositados aquí deliberadamente en lugar de haber sido llevados a un buen punto de reciclaje. Una vez más nuestros ríos siguen siendo considerados como un desagüe con el que eliminar nuestra propia mierda.
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