En los meses más primaverales es habitual ver a este insecto polizinando (y comiéndose los pétalos) de multitud de flores. Viven en ellas, se alimentan de ellas, copulan en ellas y gracias a que pueden volar se mueven a nuevas flores. Llegado el verano no desaparecen y siguen con su actividad aunque a un ritmo inferior y en menor número. La forma del cuerpo en los cetónidos es muy característica y fácil de reconocer, lo que nos permite situar a escarabajos parecidos en el grupo adecuado.
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