Como una explosión de color violeta aparece esta planta siempre vinculada a entornos húmedos y umbríos como es el caso de Los Cahorros en Monachil. Sus grandes inflorescencias, a pesar de sus pequeñas flores, suponen un gran atractivo para este esta especie de la familia de las campanuláceas. Crece sobre paredes a la sombra y florece a final de primavera y principios del verano.
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