La cueva de los moros es una cueva de esas en las que entrar no agobia tanto debido a su amplitud, al menos en la entrada pues no nos adentramos mucho más allá. Nos encontramos al ladito del Cañón de Añisclo y bajando un poco nos encontramos de bruces con la oscuridad, fijense como la gente desaparece (de la vista) al entrar en la cueva. Estas cuevas grandes son habituales donde las montañas son de naturaleza caliza y es el agua quien se encarga de hacer el duro trabajo de modelado.
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